domingo, 7 de agosto de 2011

la mente, su peor enemigo

Richard siempre fue un hombre de éxito, no conocía lo que era irle mal
éxito laboral, inmerso en un proyecto ganador y mil ideas para crecer
por tener, tenía hasta la persona que quería compartir toda su vida
todo era como lo había soñado , pero dejó de pisar con los pies en el suelo

cometió errores, hasta que lo más sólido de su vida, Clara, se alejó
ahora Clara, no está. Ha luchado y sigue luchando por ella,quizá tarde...
pero tiene un enemigo, uno de esos que has perdido la partida antes de empezar,
la cabeza de clara no le va dar una oportunidad.

Clara sabe que nunca más será su pareja , su cabeza no le deja
él se ha dado cuenta que sin ella nada tiene sentido... está renunciando a sus proyectos
su éxito ya no le importa, lo daría todo por ella,sin ella nada tiene sentido
cada día que pasa es uan derrota... pero él ya comprende que la batalla está perida

Hace unos años él ya le advertió que lo tenía todo, solo debía cuidar su cabeza
esa misma cabeza que él ha mimado, comprendido, ilusionado y amado.
paradojas de la vida, esa misma cabeza, es la que le ha ganado la batalla.
¿ se puede luchar contra algo que no puedes controlar?

7 comentarios:

  1. No la verdad que no, mucho menos la cabeza de otra persona, batalla perdida.

    Saludos cordiales.

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  2. Sin duda será una batalla épica, pero no se puede desistir...

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  3. "Creemos" que todo lo podemos controlar...y lo más increíble, blogger amigo, es que NADA lo es....
    "creemos" prever....solo que la vida está manejada por hilos invisibles que funcionan amorosa y armoniosamente como el flujo de la vida, SIN INTERVENCIÓN del ser humano...nosotros, con ese afán de querer controlarlo todo...fastidiamos todo....
    Un gran abrazo, disfruta tu verano....;-)

    Ali

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  4. Cabeza a la que también hundió y machacó... Lo sé porque conozco a Clara, mi sueño.

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  5. Muy buena historia Homero! Felicitaciones!

    Y gracias por pasar por mi blog!

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  6. No se puede controlar a otro ser, es pura quimera.
    Bastante batalla tenemos que librar con la propia cabeza...
    Besos, Homero.

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